De acuerdo con el Centro Nacional de Seguridad Cibernética del Reino Unido, los servicios de inteligencia militar rusos planeaban un ciberataque para los Juegos Olímpicos de Tokio que se iban a celebrar el pasado mes de agosto.
Agentes rusos fijaron como objetivos de sus “reconocimientos cibernéticos” a miembros de la organización del evento deportivo, empresas de logística y patrocinadores relacionados con ellos, indicó el Foreign Office (El Ministerio de Relaciones Exteriores británico) en un comunicado.
“Las acciones del GRU contra los Juegos Olímpicos y Paralímpicos son cínicas e imprudentes. Las condenamos en los términos más enérgicos”, afirmó el ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, que aseguró que Londres continuará trabajando con sus aliados para “identificar y contrarrestar futuros ciberataques maliciosos”.
La causa, apuntan en Gran Bretaña, se puede deber a que los atletas rusos habían sido excluidos de la cita por un escándalo de dopaje masivo entre sus deportistas. Por ello, se sospecha, incluso, que el grupo de ciberdelincuentes estaba dispuesto a paralizar el evento. Este ataque es el último de una serie de intentos de piratería informática contra las organizaciones deportivas internacionales.
Japón no ha notado impacto significativo del ciberataque
Los Juegos Olímpicos de Tokio se iban a celebrar a mitad de este año, pero debido a la pandemia coronavirus se han pospuesto hasta julio de 2021. Por su parte, el portavoz de gobierno de Japón, Katsunobo Kato, ha declarado que el país hará todo lo posible para garantizar que la celebración de los Juegos estén libres de incidencias cibernéticas. “No podríamos pasar por alto una incidencia que pudiera también socavar los cimientos de nuestra democracia”, ha señalado.
Por su parte, el comité organizador de los Juegos de Tokio ha asegurado no haber observado “ningún impacto significativo” de posibles ciberataques en sus operaciones. “La ciberseguridad es una aspecto muy importante para nuestra organización, y nos habíamos preparado a fondo en este aspecto”, expresan desde el comité en una carta remitida a The Guardian.