El bitcoin cayó la semana pasada hasta alcanzar un mínimo de 80.500 dólares, un nivel que no se veía desde el mes de abril.
Según los expertos, el comportamiento del bitcoin ha emitido una señal temprana al mercado de que se está tomando un respiro, con una caída de aproximadamente un 33% (al cierre del 22 de noviembre) desde su máximo de octubre, y tras una ola de liquidaciones de 2.200 millones.
“Aunque la reciente corrección ha inquietado a algunos inversores, una volatilidad de esta magnitud no es inusual. El bitcoin ha sufrido varias caídas superiores al 30% en los últimos años.
La última, entre enero y abril, cuando pasó de 109.000 a 74.500 dólares antes de rebotar un 70% hasta el actual máximo histórico de 126.300 dólares, aunque entonces el descenso fue más gradual que la corrección ‘más abrupta’ que estamos viendo ahora”, explica Simon Peters, analista de eToro.
Tendencia
En opinión de Peters, pese a estas correcciones, el precio mantiene una tendencia alcista de largo plazo, formando máximos y mínimos crecientes. “Ahora mismo estamos en un drawdown del 30% desde el máximo histórico, así que, si la historia reciente se repitiese, es posible que estemos ya en el fondo de esta corrección. Los indicadores on-chain también muestran que las grandes carteras (o ballenas) han empezado a recomprar”, argumenta.
Para Manuel Villegas, analista de Investigación Next Generation de Julius Baer, aun así, los fundamentales de bitcoin se mantienen, ya que el potencial a largo plazo de una escasez de oferta sigue vigente, pese a las salidas a corto plazo de los vehículos de inversión al contado (spot wrappers). “Persisten los riesgos derivados de las Digital Asset Treasuries apalancadas, pero los verdaderos impulsores del mercado siguen sin ser específicos del cripto. Las altcoins continúan siendo pura beta cripto”, señala.
