Las criptomonedas irrumpieron como una revolución financiera, prometiendo independencia, innovación y grandes oportunidades de inversión.
Millones de personas apostaron por este nuevo sistema digital, impulsando la creación de miles de proyectos y monedas en pocos años, que llegaron a experimentar un auge de crecimiento.
Sin embargo, el entusiasmo inicial dio paso a una realidad más dura: gran parte de esas criptomonedas nunca logró consolidarse. La falta de respaldo, la especulación y la caída de la confianza provocaron que millones de dólares se esfumaran junto con miles de proyectos. Particularmente en un año donde comenzó lo que se llamó «invierno cripto».
