Durante años, cuando se hablaba de criptomonedas, la conversación casi siempre giraba en torno a la volatilidad de precios y la especulación.
Sin embargo, mientras la atención estaba puesta en los mercados, una transformación más silenciosa comenzó a tomar forma: el uso del blockchain como infraestructura real para pagos digitales.
Hoy, esta tecnología dejó de ser solo una promesa futura. Está siendo aplicada de manera práctica en distintos sectores, desde servicios digitales hasta transacciones internacionales, avanzando de forma gradual y sin grandes titulares.
Los sistemas de pago tradicionales siguen dependiendo de múltiples intermediarios. Bancos, procesadores y cámaras de compensación encarecen las transacciones y ralentizan los procesos, especialmente cuando se trata de pagos internacionales.
Enviar dinero entre países todavía implica comisiones elevadas y esperas que, muchas veces, se miden en días y no en minutos.
El impacto en comercios y usuarios
Para los comercios, estas limitaciones se traducen en mayores costos operativos, riesgos de contracargos y menor previsibilidad financiera. Para los usuarios, significan menos control sobre su propio dinero y procesos poco transparentes.
Durante años, cuando se hablaba de criptomonedas, la conversación casi siempre giraba en torno a la volatilidad de precios y la especulación.
Fuente: elheraldodesaltillo.mx
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